Qué bien alimentados están. Qué semana más buena, cuánta suerte estamos teniendo. Nacidos unos 50 pichones y sólo 5 bajas en el aviario. Estamos disfrutando, pasamos horas (mi mujer y madre de mi hijo Ismael dice que estamos transtornados) viendo cómo los padres alimentan y cuidan los pequeños. Sólo eso, contemplar la gracia de la Naturaleza aplicada a la canaricultura. Padre e hijo juntos, compartiendo experiencias, felices en nuestra humildad, satisfechos de nuestro trabajo, disfrutando de los timbrados.
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