El balance de la primera nidada hay que considerarlo como muy pobre, lleno de contratiempos y contrariedades. Aunque servidor es una persona abierta y positiva la realidad es la que es pues de 8 parejas sólo tres han realizado un ciclo completo con un balance global de 9 pichones saltando del nido totalmente criados cuando lo normal sería estar alrededor de 25 pichones considerando una media de 3 polluelos por pareja. Nos ha pasado de todo: huevos sin fecundar, pichones muertos, malas hembras incubando y alimentando pichones, una hembra (le dedicaré un artículo específico pues el tema es de libro, lo merece) con embarazo psicológico. Ahora bien, este cúmulo de eventualidades y circunstancias negativas no hace más que espolear e incrementar nuestra afición. Cierto es que de los errores se aprende y nosotros estamos recibiendo un curso de errores acelerado al cual estamos respondiendo con entusiasmo. Como problemas a corregir considero como fundamental la falta de adaptación de los pájaros al aviario nuevo y la falta de iluminación natural reemplazada por luz artificial específica para pájaros pero que no es lo mismo. Otro factor que el año próximo mejoraremos es el disponer de hembras de sobras para reponer aquellas cuyo comportamiento incubando o alimentando los pichones no es el óptimo. Os dejo la imagen de cuatro preciosos hermanos ya a punto de saltar del nido. El padre procede del juez Jose Manuel Campillo, buen criador y mejor persona, y la madre del criador veterano José Grados.
