Con la puta Ley de Bienestar Animal, los perroflautas animalistas nos están jodiendo bien a los pacíficos canaricultores en particular y amantes de los animales en general. Y no sólo con la puta Ley de Bienestar Animal están jodiendo, de hecho la Ley aún se tiene que desarrollar y ver sus efectos, a mi entender letales para la afición. Con dos actuaciones aparentemente inocuas, han dejado el colectivo en jaque mate: la prohibición de la venta de pájaros y mascotas a través del portal Milanuncios y la presión hacia MRW, imponiendo unas condiciones en su infraestructura inasumibles para la empresa de transportes, para que de facto desista, como así ha sido, en su labor de enviar mascotas a toda España.
Prohibidos los anuncios de mascotas, quedaba prohibir el transporte de las mismas. Esto es una táctica de guerra: al enemigo -los canaricultores- se le corta la salida de suministros y las vías de transporte. Y esperad, que llegará la táctica de tierra quemada con el comiso de mascotas. Tengo una empresa de comercio electrónico y conozco bien el sector de transportes. Hablé con el delegado de MRW cuando la empresa dejó de enviar mascotas. La conversación, franca, abierta, sincera, fué esclarecedora por la obviedad de la situación planteada. En una época con grandísimo volumen de trabajo para las agencias de transporte, que van saturadas con dificultades para gestionar y cumplir con las entregas del día a día, MRW ya hacía un esfuerzo importante en su apartado de mascotas, dados los especiales requisitos y horarios de entrega y recogida. Pero la nueva Ley 7/2023 del 28 de Marzo de Protección de los Animales ha exigido a la empresa una inversión en infraestructuras que ha hecho inviable continuar con el servicio. En resumen, están sobrecargados de trabajo, la facturación de la línea de negocio de mascotas no es ni fú ni fá para la empresa y les vienen los perroflautas con exigencias. Pués MRW ha hecho lo que haría cualquier empresa en su lugar: a otra cosa mariposa y el que el día pasa el año empuja, dicho catalán traducido qui dia passa any empeny.
Muchos compañeros están dejando la afición, y otros se lo están planteando seriamente. Empresas especializadas en canaricultura lo están pasando verdaderamente mal y ven el futuro muy complicado. Pajarerías van quedando pocas, en Girona ciudad ninguna. Las sociedades ornitológicas lo mismo, con bajas de socios y falta de recursos, especialmente aquéllas con economato han visto bajar su facturación ostensiblemente. La puta Ley esta está jodiendo bien al colectivo. Y sorprende que, en una situación complicada, con un jaque mate para atender y refutar en el tablero del ajedrez de la canaricultura, haya personajes que, atendiendo a razones personalísimas totalmente alejadas del colectivo, se dediquen a instigar, azuzar y acosar hasta conseguir impedir la celebración de un nuevo concurso de canarios de canto y joder a decenas de aficionados. Así nos va. Os dejo unos recortes de la canción de Rosendo "Flojos de Pantalón".
