Concurso Timbrado Hospitalet 2022

 Los concursos son de los criadores. Comienzo otra vez un artículo con esta frase de mi buen amigo Juan Ramon Rivera. Y comienzo con esta frase con la finalidad de hacer una crítica constructiva a la buena gente, a quienes aprecio, de la Societat Ornitològica L'Hospitalet. Para el primer concurso del año en Catalunya, estaban previstos dos jueces y máxima tres lotes por criador. Al final la Junta  restringe a un sólo juez y dos lotes por criador. Pero, con el agravante de que al restringir a un sólo juez, se amplia el horario del concurso para dar cabida a todos los participantes. Con este criterio restrictivo, el primer concursante ha tenido que levantarse antes de las 6 de la madrugada para estar a las 7:30 en el local de enjuiciamiento y empezar el concurso a las 8 de mañana. El último concursante - que no se presentó, obviamente- tenía que entrar los pájaros a las 8 de la noche para que le juzgaran los dos lotes, acabar a las 9 y llegar a casa a las 11 de la noche. No son horas, ni a las 8 de la mañana ni a las 8 de la noche los pájaros ni están por cantar ni en su mejor momento. 

Siendo el primer concurso de la temporada en Catalunya, no entiendo, ni tampoco la Junta ha dado respuesta en el grupo de whatsapp, por qué se ha pasado de dos jueces a uno y de tres lotes por criador a dos. Había demanda de sobras para entrar más de 200 pájaros. Muchos criadores veteranos hubiéramos llevado tres lotes y algunos criadores nuevos hubieran podido debutar en concursos y tener una primera valoración de sus ejemplares. Además, ha habido lío con los horarios marcados y con la clasificación final que han conllevado un cierto desconcierto entre los participantes. 

 

Por lo demás, el concurso en sí, todo correcto. Se hace sorteo previo y dos días antes se informa a través del grupo de whastsapp del horario de enjuiciamiento. Buena recepción y atención de la Junta, son buena gente y cabe reconocer el esfuerzo que realizan al organizar un concurso de canto pués no son timbradistas. En este artículo hago una crítica constructiva lo más objetiva posible, correcta en la forma y rigurosa en el contenido. Como juez Jose Manuel Martín Campillo, de porteadores el "niño" Cristian y el veterano Morlanes. Se ha podido entrar en la sala a escuchar pájaros y ver la eficiencia del juez Campillo en su labor. Bajo rendimiento general de los ejemplares que han desfilado por la mesa, es pronto todavía y está haciendo un verano muy largo. Falta que llegue el frío para que los canarios cierren canto. Mucho timbrado "del país" o clásico o original bien trabajado. Comida con los compañeros, escuchar unos lotes y de vuelta para casa con las planillas. Buena jornada, en definitiva. 

Ni la puntuación ni el rendimiento de mis ejemplares me han satisfecho. No por la decisión ni por el criterio del juez, eso jamás. El lote que ha rendido (4o y 5o individuales) no ha alcanzado un nivel para mí satisfactorio. La ventaja que el lote que no ha rendido bien tiene bastante por mejorar y pienso lo puede hacer en los próximos días. Más moral que mi Girona FC tengo, que tras perder cinco finales para ascender a primera, al final ahí estamos. 

Sigue en plena forma el veterano Francisco Morlanes campeón individual con uno de sus timbrados originales tan bien trabajados y se proclamó campeón por equipos Francisco Javier Cabeza, empatado a 364 puntos con Ángel Pérez. Así ha ido el concurso y así lo he narrado.

Timbradistas de poca fé

 Anda una parte del colectivo timbradista ocupado -la mayoría- y preocupado -bastantes- escuchando y valorando los machos enjaulados. En esta época la suerte está echada, lo que se escucha es lo que hay. Para bien o para mal. El timbradista, especialmente el recién llegado, es un lloraduelos, un ser inconformista que tiende a pensar que sus pájaros no son buenos, que no han cogido esos floreos tan delicados, que cierran demasiado los timbres, que les falta o les sobra voz, que no separan bien los giros, que han quedado cortos de repertorio,... Y así, mil y una preocupaciones de este tipo que tienen a nuestro hombre desconsolado, afligido, desorientado. Y dan lugar a conversaciones divertidas. 

Este estado de abatimiento -en el carácter ibérico y/o católico domina el pesimismo- se agrava incluso cuando al desconcertado timbradista, se le bombardea el teléfono con videos de whassaap, facebook, o instagram de compañeros con los pájaros a "tutipleni" (son de los "adelantaos", los de quienes el día de Navidad ya tienen pollos emplumados y, si por ellos fuera, empezarían los concursos  en Agosto) vaciando el repertorio de la planilla y más. Y este estado de abatimiento, llega a su punto culminante cuando empieza a recibir en el whassapp planillas con 94 y 95 puntos de los primeros concursos. 

Paciencia y lógica positiva. Cabe considerar que el criador siempre escucha sus mismos pájaros y, al escuchar otros timbrados diferentes y buenos -nadie, por más tonto que sea, cuelga un lote malo en los grupos- se fija en esos floreos tan particulares, esas aguas lentas tan deseadas, esas conjuntas tan bien pronunciadas,... y cree que sus pájaros no tienen el nivel adecuado o deseado. Desengáñate, el timbrado perfecto no existe. Ni existirá. A partir de aquí a trabajar con lo que hay en casa y atento por si hay que mejorarlo con criterio y acierto. 

Al loro, que no estamos tan mal, dijo el Laporta. Y es así, joder. Que nos ahogamos en un vaso de agua. Repito que hay que tener paciencia, aunque yo tengo muy poca y soy mal ejemplo. A los pájaros, culminado el proceso de enjaule y, una vez han cerrado el canto, hay que darles mesa y pasearlos. Dejarles que desarrollen su canto por completo y que saquen todo lo que llevan dentro. A partir de este momento es cuando el canaricultor de canto puede y debe hacer una primera valoración objetiva, precisa  y concreta de sus pájaros. Qué dicen y cómo lo dicen. 

Y si hay que pedir asesoramiento a compañeros y/o expertos, se pide. De aquí lo de valoración objetiva en contraposición a una valoración subjetiva viciada por la propia tendencia personal. Cada uno debe saber lo que tiene en su casa y, sabido y valorado, actuar en consecuencia. No siempre lo de los demás es mejor ni buscar soluciones rápidas a golpe de billetera. Menos aún ahora, a principios de Noviembre, cuando todo está por hacer y los timbrados deben pasar la etapa de los concursos. Esta afición es una carrera de fondo, paciencia.