Campeonato Cataluña Timbrados 2018

Me apetecía volver a concursar en el Campeonato de Catalunya de Sant Joan Despí. Sobretodo para tener una nueva opinión de mis timbrados por jueces diferentes a los habituales en los concursos de la región. Los del Club Timbrado de Sant Joan Despí es el 42º concurso que organizan, meritorio mantener un concurso operativo durante 42 años y haciéndolo bien como lo hacen. 470 timbrados han participado este año, poca broma pues estamos ante uno de los concursos con mayor participación de España. Tienen un buen apoyo municipal y un arraigo social firmemente establecido en una zona muy pajarera -el cinturón rojo de Barcelona- con un núcleo de población mayoritariamente inmigrante o procedente de tierras andaluzas y extremeñas en su mayoría. Hacía creo tres años que no participaba aquí y, dato preocupante a tener en cuenta por la Junta del Club, ví las mismas personas. No hay incorporaciones nuevas especialmente de jóvenes que más adelante, en el tiempo, puedan tirar del carro. De esto se lamentaba un porteador durante la conversación que mantuvimos en el pasillo mientras atendía un lote a la espera de ser enjuiciado. Que cada vez son menos para arrimar el hombro. Y esto no sólo pasa aquí en Sant Joan Despí, creo que es un mal sistémico de muchos clubs. Un mal derivado de los hábitos de los jóvenes de hoy en día. Todo el puto día con el móvil, el ordenador y la play. Si es que no hablan, están como hipnotizados por las maquinitas. Muy diferente de nuestra generación, los que ya peinamos canas, que crecimos jugando en la calle, pescando en los ríos y charcas cercanos y cazando pájaros en los campos. Así se forjaron muchos aficionados a la canaricultura, entre los que me cuento. En aquel tiempo éramos libres y dialogantes, hablábamos con los otros chavales y con la familia. Nos comunicábamos, expresábamos nuestros sentimientos, nos mirábamos a los ojos y, si era necesario, nos sabíamos jugar la cara en una pelea de calle. En definitiva, tenemos que fomentar la afición entre los más jóvenes y cuidar, mimar, los aficionados que se van incorporando hasta que estén plenamente integrados. 

Por primera vez esta temporada pude escuchar timbrados a gusto, directamente en la sala de enjuiciamiento sin videos ni ventanas que mediaran. Tarjeta amarilla os pongo a los compañeros timbradistas. Tenéis que escuchar más timbrados, es ésta una forma buena y válida de adquirir conocimiento (quién considere que lo necesite, claro) y hacerse una idea global del ganado aviar que se mueve por los concursos de canto del territorio. Y para comparar con lo que tenemos en casa, siempre mejorable. También se puede preguntar,  sin agobiar y con criterio, a los jueces algún matiz o alguna duda que tengamos sobre los pájaros enjuiciados. El Reglamento, en su sabiduría, indica a groso modo que es obligación de los jueces ayudar y fomentar la afición. Me gustó mucho el lote de amarillos de la foto, de Ángel Pérez. Canarios de Igualada con marcada personalidad, voz limpia, buena modulación, canción agradable bien estructurada y ritmo intermedio tirando hacia rápido. Arquetipo del canario catalán que año a año vamos mejorando.  Y tuvieron premio. 

Este concurso es algo particular, como otros en Catalunya, en su funcionamiento. Se entregan los pájaros entre jueves y viernes y se recogen el domingo por la mañana hacia mediodía tras la exposición, la entrega de premios y el  abundante aperitivo que ofrece el Club. En cuanto a la exposición abierta al público que dura unas dos horas debo decir, hacer constar como una crítica constructiva, que debería ponerse una cinta digamos de seguridad para evitar que la gente se acerque a un palmo de las jaulas. Bastante estresados están ya los pobres canarios expuestos como para tener que soportar grabaciones en video con los móviles en los mismos barrotes, niños dando golpes a las jaulas, fotos con flash deslumbrantes, etc. Pienso que marcando una distancia prudencial entre jaulas y público todos ganarían, especialmente los canarios expuestos y los criadores sensibles entre los que me cuento.

Mucho público en la exposición, me quedé sorprendido. Como decía antes, el club está firmemente arraigado en la localidad y el concurso cada año va ganando visitantes. Este arraigo también lo confirma la nutrida presencia de autoridades en la entrega de premios. Y referente a las puntuaciones, el nivel  de los timbrados concursantes ha sido muy elevado con destacados ejemplares de 94 puntos y muchos de 93. Repito, estamos alcanzando un buen nivel en Catalunya. Los criadores estamos trabajando con una buena orientación en positivo y mejorando año tras año los timbrados catalanes. Ya no se oyen metralletas, ni piaus piaus ni chaus chaus. La base está presente, el timbrado clásico de Igualada y de Sant Joan Despí, pero muy bien trabajado con un riguroso -también intuitivo- proceso de selección genética y aportaciones de ejemplares traídos preferentemente desde Extremadura, Valencia y Madrid. Este cúmulo de tareas ha posibilitado conseguir ejemplares intermedios más que aceptables que están mejorando el global de los timbrados catalanes. 

GRAN PREMIO INDIVIDUAL 

Antonio Pelegrín 94 points

INDIVIDUAL

1º Daniel Hernández 94 points

2º Daniel Hernández 93 points

3º Fran Pitarque 94 points

GRAN PREMIO EQUIPOS

Antonio Pelegrín 373 points

EQUIPOS

1º Fran Pitarque

2º Jordi Fitó 

3º Siles 

Personalmente he quedado muy satisfecho con mi participación. Excepto un ejemplar, mis 16 timbrados participantes han cantado y rendido bien. Dos lotes pata negra se han salido, con unas puntuaciones en planilla espectaculares. 

Es la primera vez que consigo un ejemplar con 94 puntos, a la sazón el Gran Premio individual. Y el lunes lo envié a Mallorca a un criador veterano al cual le he cogido afecto. Mi mujer me quería matar por haber cedido el pájaro. Pero ya se lo tenía reservado y el hombre, con 74 años y afectado del corazón podrá disfrutarlo. Así lo prefiero yo, que lo disfrute él. Estos gestos tienen su recompensa, cuando le llegó el timbrado y lo escuchó cantar, el criador veterano me envió un mensaje emocionado y agradecido indicándome que nunca, en su experiencia, había escuchado un timbrado así y que iba a enmarcar la fotocopia de la planilla. De esto se trata, de hacer el bien. Yo ya me espabilaré para conseguir otros iguales o incluso mejores si cabe. Tengo los padres, un hermano y una hermana del Gran Premio de Catalunya en casa. El equipo también se salió rindiendo a plena satisfacción y, lo más importante, confirmándome el buen momento, el cénit, de este lote de isabelos que ya ganaron en Zaragora. Curiosamente, el isabelo plata 34 que he seleccionado como maestro se quedó un poco por abajo en puntuación. Aunque, como decía en mi artículo Volver a Empezar redactado en Enero de este año, lo de bueno que he sacado este año -que no está mal, de cinco concursos cuatro grandes premios o mejores pájaros de sala- no tiene mérito alguno. Comprar pájaros, criarlos y educarlos está al alcance de cualquier canaricultor. Tener una línea propia hecha a gusto de cada uno, mantenerla y potenciarla, conseguir timbrados de calidad contrastada con planillas, ya es más difícil. En eso estoy ahora, en una linea propia a mi gusto personal. En un próximo artículo os explicaré cómo intentarlo.