domingo, 21 de noviembre de 2021

Concurso Timbrado El Prat


Lo que me ha pasado esta tarde en el 42 Concurso de Timbrados del Prat, dudo que lo vuelva a ver. Increíble. Me salen dos lotes justo después de comer, me acerco al pasillo con los porteadores que estaban preparando los pájaros y, ya dispuestos para entrar en las dos salas de enjuiciamiento, atruena -parecía que vibraran las paredes y todo- una música que venía del pabellón de baloncesto anexo, pared con pared. Automáticamente se me alteran los pájaros, especialmente el ejemplar anilla 57 correspondiente a la jaula 146 empieza a saltar desbocado y darse golpes con los barrotes de las jaulas. Pasan unos minutos durante los cuales continúa sonando la música y, por fortuna, todos los ejemplares, excepto el anilla 57, se asientan y calman moderadamente. Incluso, alguno empieza a iniciar el canto. Aún darán la talla, pienso. Pero, para culminar el episodio, aparece la señora de la limpieza empujando un sonoro carro con sus productos y materiales. La señora, al ver los pajaritos, se detiene a dos palmos de las jaulas y habla con voz potente y grave: Qué bonitos los pajaritos! ¿Y qué hacéis con ellos? ¿Y todos son del mismo color? Tras esto, el timbrado pío anilla 57 entró en pánico. Iba de lado a lado de la jaula, se enganchó un ala en los barrotes al tiempo que abría y cerraba el pico con principios de espamos. Ahora sí, a tomar por culo el lote pensaba yo. Quería hasta sacar el pájaro de la jaula para evitar males mayores. Pero cosas veredes, entra el lote ipso facto tras el lance con la señora de la limpieza y, no te lo vas a creer, a los veinte minutos sale el anilla 57 con una planida de 93 puntos y, posteriormente como Gran Premio. Flipas mariposas de colores, el 98% de estos incidentes acaban con el pájaro sin cantar y, lo que es peor, con el lote rindiendo bajo mínimos. Ya le digo a los amigos que ayer en El Prat tuve los dioses de mi parte. Dicho esto, hay que preparar bien los pájaros y tenerlos entrenados en previsión de todo tipo de situaciones. 


De común no participo en concursos a puerta cerrada, considero que la esencia de estos encuentros reside en poder escuchar los pájaros. En éste -impedido el acceso a la sala por imperativo municipal covid- he hecho una excepción. Como decía en mi anterior articulo, hay ganas de estar con los compañeros. Y me planté en el Prat básicamente para comer con amigos a los que hacía tiempo que no había visto, pasar un rato entretenido compartiendo afición y tener nuevas opiniones en forma de planilla de dos jueces. Las sociedades andan jodidas con lo de la pandemia. Drástica reducción de los ingresos, difícil relevo generacional y consecuente perpetuación casi obligada de los gestores actuales (nadie quiere coger el toro por los cuernos ni colaborar. Ahora bien, para criticar todos somos buenos)  y problemas burocráticos in crescendo. Hasta hace poco, para reservar una sala para organizar un concurso o exposición, bastaba con levantar el teléfono o entrar una simple solicitud escrita en el Ayuntamiento de turno. Incluso para acceder a alguna subvención municipal. Ahora, que si certificado electrónico, que si documentación de la sociedad, que si permiso veterinario, que si visto bueno del responsable del departamento, que la solicitud se estudiará en no sé qué instancia, que falta el documento tal, que si el regidor no se pone al teléfono... Problemas y más problemas. Veo complicado el futuro de esta afición, no por falta de aficionados sinó por lo que nos viene "de arriba" y la complicada coyuntura social que se está creando. Y dejo para una nueva entrada la exposición de la nueva Ley de protección animal que protegerá sobretodo animales de dos patas que buscan tener un cargo público remunerado amparados tras las siglas de un partido y nuevos departamentos derivados de la aplicación de la nueva Ley. 


Organización, porteadores y jueces han contribuido a que los criadores hayamos podido disfrutar un rato agradable en buena compañía. Hay que felicitar y apoyar a estas personas que de modo altruista -encomiable Vicente quién con la mujer enferma (desde aquí mis mejores deseos para una pronta mejora) ha tirado adelante el evento- se desviven para que nosotros, los timbradistas, podamos esparcirnos plenamente. 

Así ha quedado la clasificación: 

Mejor pájaro del concurso 
Antonio Pelegrín 93 points

Equipos 
1º Juan José Choclán 374 points
2º Juan José Choclán 373 points
3º Antonio Pelegrín 368 points
4º Luís Expósito 365 points
4º Santos Pérez 366 points
5º Santos Pérez 364 points

Individual
1º Antonio Pelegrín 92 points
2º Antonio Pelegrín 92 points
3º Juan Ramírez 91 points
4º Antonio Pelegrín 91 points
5º Antonio Pelegrín 90 points
6º Juan José Choclán 90 points


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