Tan tranquilo como estaba este domingo por la mañana en mi aviario limpiando jaulitas y aseando el recinto al tiempo que escuchaba un lote de machos timbrados. Un domingo plácido como otro cualquiera, no pensaba que se iba a complicar el día y con funestas consecuencias. Todo ha ocurrido en unos breves dos o tres minutos, rápido, muy rápido.
En un segundo de despiste, al levantar la rejilla inferior de la jaula, se me escapa un macho que sale disparado con un vuelo errático. Nada nuevo para mí que se escape un pájaro de su jaula, la suerte que el aviario está en un recinto cerrado y capturar el pájaro resulta de común tarea sencilla; dispongo de una red con mango largo preparada al efecto. Sigo al canario con la mirada hasta que se posa encima de una estantería elevada cercana al techo del garaje donde está el aviario. Sin dejar de visualizarlo un solo momento, tomo la red y una escalera -el techo es bastante elevado. Lo capturo al momento, pobrecito, estaba quieto y me miraba con ojos asustado como si fuera un niño descubierto en alguna trastada. Hasta aquí todo normal pero al introducir el bonito timbrado en la jaula de canto éste, automáticamente, cae fulminado al suelo al tiempo que emite unos gorjeos de alarma. Jodo, un infarto -pienso- y lo pongo bajo el grifo con el objetivo de intentar reanimarlo. Mal remedio creo que ha sido, aunque desconozco otro mejor para solucionar estos casos. Tampoco es cuestión de llamar al 112 para que envíen un equipo de reanimación. El pobre animalito ha ido ladeado la cabeza mojada, cerrando los ojos y contrayendo el cuerpo hasta, tras emitir unos sutiles silbidos, quedar inerte, sin vida, en mi mano. Me lo he quedando mirando unos minutos, reflexionando sobre lo que ha pasado. Era un timbrado sano, un buen canario tan vago para cantar como bueno cuando le daba la gana entonar, el anilla 14 2016 hijo de la pareja 2 2016. Mi opinión es que el pájaro se ha asustado al verse libre y esta estresante situación le ha creado un estado emocional crítico que su corazón no ha superado. ¿Qué opinais?