lunes, 1 de mayo de 2017

El anillado de los canarios. Problemas y soluciones.

La anilla es el elemento identificativo del pájaro y su colocación diría que es imprescindible, incluso si se trata de un aficionado sin espiritu competitivo es recomendable anillar los pichones pues el número de anilla permite mantener un registro y posterior control de los ejemplares nacidos, así como de sus padres y posterior descendencia.

Básicamente existen dos tipos de anillas:
1.- Las que se comercializan en comercios. Sólo informan de número de pájaro y el año. Sobre estas anillas existen múltiples variantes en cuanto a color y altura. Incluso hay alguna empresa como Confobird que permite personalizarlas bajo pedido. En todo caso, no son válidas para concursar bajo ningún concepto.


2.- Anillas federadas. Cada año varía el color que lo determina COM Confederación Ornitológica Mundial. Por ejemplo este año 2017 todos los canarios tendrán anillas de color azul. La información que contienen la anilla es año, criador, federación y número de pájaro.



Para obtener anillas federadas hay que pertenecer a una sociedad ornitológica y permiten participar en concursos de todo rango. Hay que solicitar las anillas con cierta previsión, normalmente hacia la primavera.


El anillado de los polluelos habitualmente se realiza cuando éstos alcanzan los 6-8 días de edad. Aunque he anillado pichones ya crecidos con 10 días, eso sí con vaselina y un cuidado extremo al insertar la anilla para no provocar heridas. Anillar es un proceso delicado sobretodo las primeras veces que se hace por la evidente fragilidad de los polluelos y el tamaño mínimo de la pata y los dedos. No explicaré aquí cómo hacerlo, hay cientos de videos y tutoriales que lo explican con total claridad. Sí que daré cuenta de los problemas que pueden plantearse al anillar los pichones y aportaré solución a los mismos.

Anillas caídas. Sucede cuando se anillan los pichones antes de tiempo, al ser la anilla pequeña se desprende de la patita. De común la encontraremos al día siguiente en el fondo del nido o en la bandeja. Hay veces que no se encuentra, este año he perdido 3 anillas. Por más que las he buscado en el fondo del nido, en la bandeja y en el suelo las anillas han desaparecido misteriosamente. La solución al problema de las anillas caídas es sencillo: anillar en su momento, comprobar en ese momento que la anilla no se escapa y, aún así, revisar los pichones durante los 2-3 días posteriores al anillado y comprobar que las anillas estén bien insertadas.

Anillas mal fijadas. Aquí sí que el asunto se complica de no actuar el criador con celeridad y destreza. Son anillas que quedan mal fijadas en la pata del pichón y provoca el bloqueo de los dedos o de la parte inferior de la extremidad. El año anterior me vi en la obligación de amputar dos patas ya con necropsia por infección derivada del bloqueo de la anilla. Y este año ha pasado lo mismo con otro ejemplar que no he podido salvar. Ya he pedido unas alicates especiales para cortar anillas.

 Es fácil que este problema quede oculto y el criador no se aperciba del mismo hasta que el pobre pichón afectado salta del nido. Como solución ir revisando los pichones cada pocos días y, caso de apercibir un problema de esta índole cortar la anilla. No puedo detallar cómo hacerlo pues, como expongo, nunca lo he hecho. Si se alarga el problema la anilla bloquea el riego sanguineo y provoca necropsia en las extremidades.

Hembra que quita las anillas. La reproductora identifica las anillas como un objeto extraño e intenta extraerlas de las patas de los pichones con la consecuencia de provocar heridas o tirarlos del nido, lo más frecuente. Procede engañar a la hembra (en mayor o menor medida todos lo hacemos con las mujeres, y ellas con nosotros) tapando las anillas con esparadrapo.

lunes, 20 de marzo de 2017

Una Señora Nodriza



La anilla 16 2016 de la foto superior es la última hembra descendiente de mi mejor linea, la que tengo más aprecio. Murieron en el verano anterior su madre (hermana del Campeón de Cataluña 2013 y, a su vez, madre del Campeón de Cataluña 2015) y su tía. Ambas me habían dado unos ejemplares de gran valía, ambas transmitían mi mejor genética. Tengo hermanos suyos, de la 16 2016 digo, pero para conservar la linea hembra procede sacar el máximo número de ejemplares posible de esta bonita suiza -suizos denominamos en Cataluña a los canarios vaquitas- que. para más inri, tiene un defecto en el pico y creo puede tener dificultades para embuchar los pichones. La solución ha sido poner nodrizas, una solución que este año estoy, por obligación es cierto, experimentando en serio y me parece que continuaré aplicando en un futuro. Tal vez generalizando incluso. Recomiendo para conocer la técnica de cría y el proceso leer el magnífico artículo de la Sociedad Ornitológica Lucense.
El criar con nodrizas le veo muchas posibilidades. 
- Permite sacar un mayor número de pichones sin castigar las hembras seleccionadas como reproductoras con la fatigosa carga de alimentar los pichones. 
- Permite tener un mayor número de ejemplares machos hermanos o de la misma linea que serán educados en un corto espacio de tiempo y tendrán un canto uniforme. 
- Permite, a los que educamos con maestro, tener un elevado número de pichones y aprovechar el mejor momento de los maestros antes que estos entren en muda. 
- Permite reducir el tiempo de cría. Con una buena sincronización de reproductoras y nodrizas y si la suerte acompaña, en un mes es posible sacar dos nidadas adelante. 
Evidentemente, todo el monte no es orégano y hay que decir que el espacio de cría debe ser ampliado y las atenciones del criador multiplicadas pues cada reproductora necesita dos nodrizas como mínimo. Significa esto que si un criador selecciona 6 reproductoras debe disponer 12 nodrizas y habilitar 18 jaulas o espacios de cría. Más espacio y más trabajo, hay que tenerlo en cuenta antes de embarcarse en aventuras con nodrizas. Más espacio, más trabajo y más problemas, como el que he padecido - joder, no hay temporada de cría tranquila- estos días. Suerte que de momento todo ha acabado bien, ahora te lo explico. 
Para la hembra 16 2016 habilito dos nodrizas preciosas e hijas de buenas reproductoras. Sigo el proceso correctamente y a la reproductora le pongo el nido y cuando tiene la construcción bastante avanzada le meto el macho que cumple con sus funciones como un legionario, ya me entiendes, y en ese momento pongo el nido a la nodriza, una rechoncha gris anilla 59 2016.


Pero con tan mala fortuna por partida doble que la reproductora se atrasa  notablemente en la puesta y la nodriza en pocos días tiene el nido hecho y, sin conocer varón ni encomendarse ni a Dios ni al diablo, empieza a poner huevos de celo e inicia la incubación. Exactamente la nodriza empezó a incubar el 26 de Febrero. Y recibió los huevos de la reproductora el 4 de Marzo que fue cuando ésta cumplió la puesta del quinto huevo. Los pichones, afortunadamente, nacieron el 17 de Marzo lo cual significa que la nodriza ha estado 20 días incubando, 7 días más de lo preceptivo y habitual. Y servidor de los nervios la última semana de la incubación temiendo que la nodriza se levantara del nido y dijera Hasta luego Lucas.


No ha sido así, ha cumplido con creces y a fecha de hoy 19 de Marzo día del padre está alimentando correctamente los pichones, una completa nidada formada por 2 isabelas y 3 píos. Aquí queda registrado para los anales de la Historia y para consulta de los estudiosos del Timbrado Español que una nodriza ha estado 20 días incubando. ¿Lo inscribo en récord Guinnes o alguien tiene o ha tenido alguna nodriza incubando durante más tiempo? Venga, enviad comentarios.

lunes, 13 de febrero de 2017

Cambios en el Timbrado Español

             Transcribo íntegro el artículo publicado en la revista Pájaros número 109. Un escrito que he leído, releído y debatido con su autor, Jose Ignacio Hernández Redondo. Transcribe con claridad meridiana la situación de la raza en el tiempo actual y realiza unas conclusiones en su mayor parte acertadas, bajo mi punto de vista. Es evidente que hay una corriente de opinión que sugiere cambios en el código de canto y en la forma de realizar los concursos. También es palpable en el ambiente timbradista que es imprescindible personalizar la raza, dotarla de contenido intrínseco y fácilmente identificable. Asimismo es necesario proporcionar una información clara mediante métodos audiovisuales de los giros que componen la planilla de canto. Información lo más clara posible con el objetivo de definir con la máxima concreción todos los giros de la magnífica canción de nuestro timbrado. 
            Son tiempos de cambios, de evolución. Esto es cierto, y esta evolución debe asentarse en base a lo que tenemos, una de más antiguas razas de canto con su propia idiosincrasia, distintiva y característica. Estos cambios deben ser expuestos, debatidos y consensuados por la mayor parte de los timbradistas. Propongo elaborar uno o varios catálogos de modificaciones y ponerlos primero a consulta, segundo a debate y posteriormente a votación. ¿Quienes votarán? Cuanto más amplio sea el quorum y mayor aceptación haya mejor definidas y asentadas quedarán las modificaciones que se realicen. 
            Propongo crear un grupo de debate -los actuales medios de comunicación permiten formar rápidamente un grupo ya sea por facebook o wappsap- e incorporar al mismo a timbradistas notables como pueden ser campeones regionales, nacionales o mundiales, presidentes o miembros de juntas "timbradistas", jueces y otros compañeros con méritos contrastados. Creado el grupo, la Comisión Técnica debe recoger impresiones, escuchar opiniones, aportaciones, y, en función de las mismas elaborar propuestas que sean debatidas, corregidas y finalmente puestas a votación. Cuanto más amplia sea la base mayor será el consenso.  El trabajo no es fácil, lo reconozco. Pero el momento lo requiere. De lo contrario, fruto de esta indefinición y despersonalización que sufre el timbrado español nos vamos a encontrar en breve con un timbrado español irreconocible (creo que ya es así) y con variantes como el discontinuo, el cantor español, el cantor catalán, el flauta andaluz, el tenor bellotero,... que ya corren bromas de este tipo por facebook. Y vaya por delante mi reconocimiento y respeto a los creadores de nuevas razas, personas inquietas y con mente despierta. 
              Por último, considero que se mantendría el distintivo de la raza - a mi entender desvirtuada por la excesiva importancia tanto en su preponderancia en la planilla como en el desempate, de los giros de 9 (floreos, floreos lentos y conjuntas)- si se aplicara la norma de no dar ni premio ni opción a los mismos a ejemplares que no rellenen 10 de los 12 giros de la planilla. De esta forma conseguiríamos un timbrado más equilibrado, mejor definido y más completo en su canto. Con impronta, marcada personalidad y mejor definición de cómo debe ser un timbrado a mi entender. Esta es mi opinión y así la he expresado. 



*Artículo escrito por José Ignacio Hernández Redondo publicado en la Revista Pájaros nº 109. Publicado en el blog con la autorización del autor y el editor. 

*  El código del timbrado español o el traje nuevo del emperador.

En el conocido cuento de “El traje nuevo del emperador”, Andersen narra la historia de un emperador que se pasea desnudo entre sus súbditos engañado por unos estafadores que hacen correr la idea de que el tejido maravilloso con el que se "viste" no es visible por aquellos que sean tontos.  Todos lógicamente lo ven desnudo, pero nadie se atreve a reconocerlo, unos por pícaros y otros por no ser considerados estúpidos. El engaño se descubre al revelar ingenuamente un niño "¡Pero si no lleva nada!". Me temo que esta es la situación actual del timbrado, y unos por listos y otros por no parecer tontos, pocos reconocen en voz alta, como el niño, lo que ven y piensan: y es que el timbrado actualmente adolece de un código que le haga reconocible y, consecuencia de esto, carece de la homogeneidad que se le presupone a una raza. Y ciertamente está tan desnudo de un código, que es imposible actualmente encontrar entre la variedad de  ejemplares presentados a los concursos de timbrado español, alguna característica clara y distinguible que indique inequívocamente que pertenecen a una misma raza  (más allá de aquellas características que se definen por negación y/o comparación con otras como no tener factor rojo, no rular como el roller, no tener flautas como el malinois, etc…)

Leyendo el código del timbrado español.

La mayoría de los criadores no han leído el texto que se tiene por el código, unos por no haberlo encontrado publicado y otros por simple pereza. Lo habitual es que el criador tenga, en el mejor de los casos, un conocimiento del código por terceros y de oídas. Esto, no siendo lo deseable, podría no ser un gran problema si existiese una idea clara, o al menos homogénea, que respondiese a cuestiones tan básicas como: ¿qué caracteriza al timbrado? o ¿qué giros y notas propias le hacen merecedor de ser considerado una raza que le distinga frente al resto de canarios? Pero es aquí donde se manifiesta la desnudez, y frecuentemente como respuesta a estas preguntas se escucha aquello de “cada uno que críe lo que le guste”, que lejos de ser un alegato a la libertad del criador, es más bien un reconocimiento de la anarquía y desconcierto que impera en esta raza. En este punto, sería lógico acudir al código para resolver esas dudas, y aunque encontraremos respuestas en él a cuestiones tales como ¿a qué velocidad se trasmite el sonido por el aire? o ¿qué es cantar? cuando se interna en asuntos básicos y propios de la raza, se pierde en imprecisiones, ambigüedades, contradicciones y divagaciones, de tal modo que resulta imposible sacar una respuesta clara. En definitiva, el texto parece en la forma un código de canto pero en el fondo por todos estos defectos dista mucho de poder serlo. 

Analicemos algunos apartados del código para comprender aquello que pretendo explicar. 

Las notas del timbrado

La planilla recoge un total de 12 giros positivos repartidos del siguiente modo:

-          Hasta un máximo de 27 puntos: floreos, floreos lentos y variaciones conjuntas.

-          Hasta un máximo de 18 puntos: variaciones rodadas, cloqueos y aguas lentas.

-          Hasta un máximo de 9 puntos: timbres, timbres de agua, cascabel, campana, castañuela y agua semiligada.

La incongruencia más evidente se encuentra en el tratamiento que se da a dos de los giros más valorados: los floreos y por extensión los floreos lentos. Se lee en el código:

“Los Floreos son giros de ritmo semicontinuo, de timbre o sonoridad, principalmente, metálica o hueca y texto fonético ilimitado; es decir en los floreos pueden intervenir todas las consonantes y vocales. El concepto de floreos, en cierta medida, es residual; ya que podemos calificar como tales a todas aquellas variaciones que no tengan ubicación sistemática en el resto de epígrafes del Código. Esto hizo, que en su día, la casilla de la planilla de enjuiciamiento donde se recogen los floreos fuera el cajón de sastre donde tenían cabida muchos giros que en la actualidad tienen su propio lugar en el código y en la planilla, pero que en el pasado, debido a las limitaciones de los primeros Códigos de Canto, no lo tenían. Se puede decir, sin exagerar, que la gama de floreos que puede emitir el canario de Canto Timbrado Español es ilimitada.”

Según esto los floreos/floreos lentos son todos los giros semicontinuos/discontinuos de texto fonético ilimitado emitidos con voz metálica o hueca que no están especificados, indicando que son “todas aquellas variaciones que no tengan ubicación sistemática en el resto de epígrafes”. En definitiva, los floreos y floreos lentos son un cajón de sastre en el que meter todo aquello que no está definido y no está prohibido. Ahora, lejos de ser giros marginales, sorprendentemente estas notas inconcretas son de enorme peso en la planilla, tanto en términos absolutos como relativos (pues tienen la máxima importancia en los desempates) resultando paradójico que dos de las tres notas más valoradas del timbrado se definan como todo aquello que no esté determinado explícitamente como notas del timbrado. Esta indefinición en lo que se tiene por fundamental, ha llevado a algún criador a presentar a concurso canarios que cantan fragmentos de la conocida canción “cumpleaños feliz” o melodías del móvil, como lo haría un loro educado. Aunque pueda parecer aberrante tratándose de un canario, aplicando el código actual el “cumpleaños feliz” encajaría dentro de la definición de floreo lento, al igual que encajan en esta categoría giros característicos del canto de otras aves. 

En mi opinión, el código debería dar importancia a aquellas notas claramente definidas, que caracterizan sin ambigüedad al timbrado y lo hacen reconocible. Los floreos no pueden por su propia indefinición ser el pilar que caracterice la raza. ¿No es un sinsentido que el mismo código que define los floreos como notas residuales a la vez las convierta en fundamentales de la raza en la planilla? 

La puntuación en la planilla

Como hemos visto en el apartado anterior, las puntuaciones son múltiplos de tres. Esta singularidad es un arcaísmo heredado de cuando el enjuiciamiento se realizaba con jurado de tres jueces. Esta manera de expresar las puntaciones resta claridad y más si consideramos el texto que acompaña a cada concepto de la hoja de la planilla que indica “hasta 3”, “hasta 6” y “hasta 9” para luego el juez anotar en los concursos hasta 9, hasta 18 y hasta 27. (Aprovecho la ocasión para reivindicar la recuperación del jurado, modelo éste que a mi entender daría más trasparencia y prestigio a los concursos. En ocasiones, se alegan motivos de índole económico o incluso de falta de jueces para no volver a los jurados, pero estos argumentos que pueden ser válidos para algunos concursos sociales, carecen de sentido en el nacional. El concurso nacional no coincide con ninguno de los sociales y las modestas retribuciones de cuatro jueces más, dentro de todos los gastos de la organización de un concurso de este nivel, no puede ser una excusa.)

Otro aspecto recogido en el código dentro del apartado “la puntuación de la planilla” es el concepto impresión general. Define el diccionario de la RAE “Impresión: Opinión, sentimiento, juicio que algo o alguien suscita, sin muchas veces, se pueda justificar”. Si atendemos al significado de la palabra, este apartado de la planilla debería ser el concepto de la puntuación más subjetivo y libre para el juez y sin embargo en el código se indica que la aplicación de la puntuación relativa a la impresión general es fija y deberá aplicarse de forma obligada y matemática. En realidad, la impresión general es un valor que simplemente se suma automáticamente, como una constante, al total de la puntuación independientemente de la impresión del juez. Se asigna de la siguiente manera:

- Pájaro puntuado por el juez desde 72 a 80 puntos se le suma automáticamente 1 más.

- Pájaro puntuado por el juez desde 81 a 89 puntos se le suma automáticamente 2 más.

- Pájaro puntuado por el juez con 90 o más puntos se le suma automáticamente 3 puntos

Este modo fijo de aplicar la impresión, nos lleva al absurdo de que sea imposible que un pájaro tenga 92 puntos. Veamos el porqué: dos canarios puntuados por el juez según su canto con 89 y 90 puntos se convierten al aplicar el concepto de impresión general, en pájaros de 91 y 93 puntos. En definitiva, pájaros que según el criterio del juez se diferencian en 1 punto, tras aplicar la impresión, les separarían 2 en el cómputo global. 

Otro detalle más de hasta qué punto este aspecto de la impresión general se ha tratado con descuido y sin analizar sus implicaciones, es que en su propia definición se contradice con el apartado 2 del código, relativo a los giros negativos. Leemos la siguiente nota en giros negativos: “Ningún ejemplar con puntuaciones negativas podrá alcanzar los 90 puntos”. En el siguiente apartado dice el 3.1 “3º) Se concederán tres puntos a los ejemplares que sumen 90 o más puntos positivos y no tengan ningún punto negativo, en cuyo caso se descontarán de los de impresión, hasta su pérdida total, tantos puntos como negativos tenga reflejados en la planilla (ejemplo: impresión 3 puntos y 2 puntos negativos, la impresión será de 1 punto).” ¿Cómo es posible el caso del apartado 3.1 si un timbrado de 90 puntos no puede tener ninguna puntuación negativa según el apartado 2? 

Motivos de descalificación

Los motivos de descalificación están recogidos bajo el título “Motivos de descalificación derivados del Código de Canto” en cuyo apartado 4.2 indica:  

“Será motivo de descalificación, además de los genéricos comunes contenidos en el Reglamento del Colegio Nacional de Jueces de F.O.C.D.E., art. 16. f), cualquier carácter en el fenotipo del ejemplar que lleve al juzgador a la creencia de que es producto del cruce con otra raza o variedad. Se consideran indicios de cruce con otra raza o variedad.

a) Acusar en el fenotipo plumas rizadas que pongan en evidencia un posible cruce con canarios de Postura Rizada.

b) Acusar Factor Rojo.

c) Presencia, en la forma de emisión o en la composición de la canción, de un exceso de características propias de otras razas de canarios de canto.

d) Cualesquiera otras que se pudieran aprobar por la Asamblea General de la Comisión Técnica.”

En primer lugar señalar que el título es incorrecto, pues se incluyen como motivos de descalificación criterios referidos al color del plumaje que lógicamente no se derivan del Código de Canto. Una demostración más de descuido en la redacción.

Muchos criadores, e incluso jueces, piensan que en relación con el plumaje sólo se han de descalificar los pájaros que acusen factor rojo o presenten rizos en su plumaje. Ciertamente, el código señala explícitamente estos dos casos pero en la primera frase del apartado se lee: “Será motivo de descalificación, además de los genéricos comunes contenidos en el Reglamento del Colegio Nacional de Jueces de F.O.C.D.E., art. 16. f), cualquier carácter en el fenotipo del ejemplar que lleve al juzgador a la creencia de que es producto del cruce con otra raza o variedad”. Por tanto, aquellos canarios que muestren en su plumaje cruce con mutaciones obtenidas en los criaderos de color, son ejemplares que deberían ser descalificados por presentar en su fenotipo un carácter que indica su cruce con canarios de color. En principio se puede conceder el beneficio de la duda a los ejemplares con mutaciones anteriores al reconocimiento de la raza en 1962, pero aquellos con plumajes ino, satiné, topacio, eumo y onyx son producto del cruce con canarios de color y por tanto, tan descalificables como un canario rojo.

Sin embargo, y a pesar de lo que pudiera parecer, el código es tremendamente permisivo en lo que a los cruces con otras razas se refiere pues no prohíbe explícitamente el mestizaje con los canarios de color o de canto. La clave está en que el código sólo hace referencia al fenotipo (en definitiva su apariencia) por lo que los canarios portadores de estas mutaciones no podrían ser eliminados, al no mostrar en su fenotipo el cruce, aunque sí lo porten en su genotipo. De igual modo, los ejemplares fruto de los cruces con otras razas de canto que no emitan notas características de malinois o de roller, tampoco podrían ser descalificados. 

En resumen, el código no descalifica de forma explícita el mestizaje con otras razas, aunque pueda subyacer en la idea del texto, lo que descalifica son los cruces cuyo resultado sea apreciable externamente. ¿Tiene esto algún sentido? Se podrá argumentar que sólo se puede juzgar por lo que se oye/ve y que no es posible descalificar por lo que no se aprecia. Pero más allá de consideraciones de índole práctico, que el código permita cruzar con otras razas, en mi opinión, es cuanto menos sorprendente.  

Normas generales del enjuiciamiento

Este apartado no es un aspecto menor para todos los criadores que gustamos de presentar a concurso nuestros pájaros y sin embargo también en este apartado encontramos incongruencias e incumplimientos flagrantes del código. En las normas de enjuiciamiento leemos “No es correcto el enjuiciamiento de cuatro canarios de una sola vez como individuales, por la dificultad que ello conlleva; siendo difícil determinar las distintas cualidades sonoras o vocales de los cuatro cuando ejecutan incansables su canto.”

Sin duda con los cuatro pájaros cantando, como bien dice el código, es difícil determinar las cualidades vocales de cada uno de los ejemplares. Por ejemplo, ha de resultar imposible apreciar las variaciones conjuntas cuando cuatro pájaros cantan a la vez (recordemos que las variaciones conjuntas se definen como la percepción simultánea de dos o más giros cualesquiera emitidos por un mismo ejemplar). Esta verdad referida al enjuiciamiento de los individuales es incongruente con el modo en el que se enjuician los equipos. En equipos, se analizan y puntúan las cualidades sonoras de los cuatro ejemplares por separado para luego sumar la nota de cada uno de los pájaros más la armonía, aspecto este sí de equipo, que da la puntuación total. ¿Pero no habíamos quedado que con cuatro pájaros resulta difícil determinar las distintas cualidades sonoras o vocales de los ejemplares? Lo que no vale para individuales, parece que sí vale para equipos.  

Desgraciadamente, la normativa general de enjuiciamiento se viene incumpliendo en los últimos años en el concurso nacional, al admitirse lotes de cuatro ejemplares en los individuales. Esto, por fuerza, redunda en la calidad del enjuiciamiento y nos lleva al absurdo de que un concurso social presenta unas exigencias mayores en los enjuiciamientos de individuales que el nacional.

Propuestas finales

Me gustaría terminar en positivo con algunas propuestas que se desprenden de lo anterior:

1º.- Aprovechar las ventajas de la difusión que permite internet y de la era audiovisual en la que nos encontramos. 

a) El código y las normas relativas a esta raza sería deseable que estuviesen accesible en la web de FOCDE (tras la actualización de la web de FOCDE se eliminó la posibilidad de descargarlo), al igual que las decisiones acordadas en las reuniones de la Comisión Técnica que afecten a los criadores y los concursos.

b) Ilustrar los distintos giros con audios es más clarificador que leer las onomatopeyas recogidas en el código actual. 

2º.- El timbrado ha de ser una raza definida por sus propias características.

a)   Hacer del timbrado una raza reconocible, estableciendo una serie de giros obligatorios y característicos de la raza, y otros voluntarios o libres. Los giros obligatorios han de ser definidos per se y fácilmente identificables.
b)   El timbrado no puede ser definido por oposición a las otras razas de canto. Una raza lo es por sus propias características y no por no poseer las de otras.

4º.- Indicar explícitamente en el código que el cruce con otras razas o variedades está prohibido y no sólo haciendo referencia al fenotipo. Es aberrante que el código de una raza reconocida hace más de 50 años, permita el mestizaje con otras razas. 

5º.- Prestigiar los enjuiciamientos y poner en valor el canto de los ejemplares presentados.   

a)   Volver a los jurados, al menos en los concursos de cierto nivel. Homogeneizaría las puntuaciones y compensaría las subjetividades de los juicios unipersonales.

b)   No enjuiciar más de tres pájaros a la vez. Una pareja para individuales y tres para equipos es suficiente: se disfruta más del canto y se aprecian mejor los detalles. 

c)   Hacer que el valor de la impresión general sea eso, la impresión del juez, y no un valor fijo que se sume sin más.

6º.- Redactar un código estructurado, conciso y coherente, eliminando de él las elucubraciones. 

Con este artículo espero haber animado a los criadores a que lean el código (lo podéis encontrar en esta dirección http://www.timbrado.com/codigo.shtml) y a que sean más conscientes y críticos. La raza la mantenemos y mejoramos entre todos, y como criadores es exigible, más allá de gustos y opiniones, al menos congruencia en las normas que rigen nuestra afición. 

Por último indicar que es labor de la Comisión Técnica y sus integrantes, atender a aquello que a mi modo de ver da sentido a su existencia,  “fijar, limpiar y dar esplendor al timbrado español”, parafraseando el lema de la RAE , y pido que aborde con valentía y sin excusas, la redacción de un código coherente y libre de elucubraciones que evite el ridículo de mostrar al timbrado español desnudo de un código.

domingo, 12 de febrero de 2017

Audacity nueva dimensión

Me cité con Raymond Poiré en su domicilio para poder grabar unos timbrados interesantes que tengo previsto utilizar como educadores. Este era el primer objetivo. El segundo conocer y realizar un primer test con el reconocido programa Audacity. Y ambas experiencias han resultado positivas.


Las primeras impresiones con el programa Audacity me revelaron varias características que destaco:

1.- Extraordinaria capacidad de análisis del canto de los timbrados. Para quienes no conozcan el programa, destacar que se puede escuchar segundo a segundo el canto de un pájaro. Segundo a segundo, imaginad. Posibilita analizar cada pájaro con total objetividad.

2.- Permite tener un banco de sonido de nuestros timbrados. Esta aplicación resulta muy interesante para guardar la memoria histórica, conocer la evolución, del canto de nuestros pájaros. A veces nos preguntamos sobre aquel timbrado tan bueno que teníamos hace x años y no recordamos los matices de su canto...

3.- Permite componer una canción a gusto de cada criador. Aunque es más complicado de lo que parece -si bien Raymond tiene 76 años y lo maneja a la perfección- se hace a través de una función cortar y pegar.

4.- El canto registrado admite todo tipo de variaciones: ritmo, balance, tono,... las posibilidades son múltiples y a gusto de cada cual.


En resumen, un programa que incorporaré a mi aviario. Espero que tras el lógico y necesario proceso de formación, Audacity me sirva de ayuda para mejorar la calidad del canto de mis timbrados, entre otros factores. Aunque mi deseo es continuar educando con maestro, lo cual considero más natural, menos artificial y el canto de los timbrados así educados permanece similar durante más tiempo. 
Agradezco, una vez más la hospitalidad franca, cordial, sincera de Raymond Poiré. Merci Beaucoup. 

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