Los hijos del incesto

 

Aunque mantengo una línea de reproductores que viene desde el 2017, siempre he rehuido realizar apareamientos en consanguinidad. He preferido, cuando ha sido necesario, incorporar algún ejemplar -más hembras que machos en este sentido- que aportara sangre nueva al aviario. Hasta este año, que me he decidido con criterio a aparear tío con sobrina. Digo con criterio porque el apareamiento tiene fundamento. Acierto no lo sé, pero fundamento sí. Me explico, que estoy divagando. 

A mitad de Noviembre, en Valdeolmos, escucho un equipazo de Cristian. Equipazo que obtuvo varios premios en diferentes concursos y culminó como ganador en Diciembre en el acreditado concurso del Casar. Hablo con Cristian y pregunto, investigo, indago cómo ha conseguido esos magníficos ejemplares, por demás muy de mi gusto personal. Y confirmo que ha apareado tío con sobrina. La 51/22 de Raymond es hija del 46/21 mío Gran Premio de Cataluña 2021. Y el macho 28/22 es su tío. 

En todo aviario debe haber un apartado de I+D, el canaricultor debe tener la mente abierta y ser proactivo. Nunca hay que acomodarse y sí estar siempre en un estado de mejora continua. Siendo así, vista y analizada la información, contacto con Raymond -una lástima que haya dejado los timbrados, qué gran canaricultor de canto- y voy a Portvendres a recuperar el isabelo oro 46/21. Raymond lo custodiaba en el comedor de su casa. 

Al macho 46/21 ya le tenía su consorte y sobrina preparada, una bellísima isabela plata hija del Gran Premio de Canohés 2022 y nieta del Campeón de España 2021 de Juan Antonio Bautista. Aunque el pedigrí me importa poco, lo significativo para destinarla como reproductora es que la hembra anilla 8/23 tiene dos hermanos buenísimos, según mi gusto personal y mi criterio,  que me dieron muchas alegrías la temporada de concursos anterior. Lástima que llegaron al campeonato de España en Albacete el sábado por la mañana con el cajón volcado y al poco entraron a la sala de canto. No rindieron. 

A fecha de hoy, domingo 4 de Marzo, la pareja del incesto tiene 5 hijos nacidos, que está criando como nodriza su tía 47/21, y espero nazcan 3 más de huevos fecundados la próxima semana. Dicen que estos tipos de apareamientos en consanguinidad pueden hacer aflorar lo mejor o lo peor de los progenitores. Está por ver, a Cristian le salió bien. Tengo buenas perspectivas, una intuición positiva que me reafirma en lo acertado de mi selección. 

Se va a criar menos

En estos momentos muchos criadores aún no han podido dar salida al excedente de ejemplares de la cría del 2023. Y refiero criadores de élite con reputación consolidada. Para los amateurs desconocidos del gran público la situación aún es peor, cabe desesperada. Se acerca la temporada de cría y las jaulas están llenas de pájaros sobrantes cuando sólo deberían estar ocupadas por los reproductores del 2024. No hay demanda, el mercado está parado. La supresión del transporte de mascotas por la agencia MRW ha afectado muy negativamente el dar salida a los excedentes de los aviarios. Este factor, junto al miedo escénico de la nueva Ley de Bienestar Animal que tal vez obligará a disponer de núcleo zoológico u otros requerimientos de elevada importancia -según el docto criterio de los perroflautas legisladores- para la cría y tenencia de pajaritos, han paralizado el mercado. La gente no quiere problemas. Y si unos pajaritos, por más que uno les tenga aprecio, han de traer problemas, a otro cosa mariposa. 

Sí que han aparecido gran número de transportistas autónomos que hacen o proponen diferentes rutas de transporte y están dando en general un buen servicio. Aunque es complicado el envío: normalmente estos transportistas de mascotas ofrecen rutas fijas y tanto remitente como destinatario deben quedar en un punto de recogida -normalmente una gasolinera o área de servicio- a una hora determinada para la entrega o recogida. Además, las rutas recorren las autovías más conocidas y pasan por grandes ciudades. Enviar de Girona a Palencia es prácticamente imposible. Sí es factible conectar Barcelona con Madrid u otra gran ciudad, pero los de provincias lo tienen francamente mal. Y el precio de los envíos se ha duplicado o triplicado en los mejores casos. Ahora bien, supongo que de este reino de taifas de transportistas saldrá una empresa que ofrezca rutas por toda España con una sede central en Madrid.  Hay que esperar, pienso que el envío de mascotas se solucionará. 

Estamos quedando sólo los criadores apasionados, los que no podemos vivir sin pájaros. Los que nos levantamos por la mañana, preparamos un café con leche y vamos directos al aviario. Los que volvemos del trabajo y vamos directos al aviario. Los que nos pasamos el domingo por la mañana limpiando la mierda de los pájaros. Y tan a gusto. Pero se va a criar menos. En esto, todos coincidimos. Y se va a criar con lo que tenemos en casa, en consecuencia va a haber menos variabilidad genética, más de lo mismo, menos ejemplares buenos, bajará la calidad media. Serán las consecuencias de la Ley de Bienestar Animal. 

Aún así, estamos todos preparando la nueva temporada de cría. Limpiando y desinfectando jaulas, seleccionando machos y hembras reproductoras. Escogiendo los maestros de canto o ultimando el CD con el Audiacity. La canaricultura forma parte de nuestra vida. Por más leyes e impedimentos que nos pongan, vamos a continuar con nuestra afición. Eso sí: se va a criar menos. 

La buena gente del Casar

 

Hacia finales de verano me llama Víctor desde El Casar de Guadalajara. -Antonio, que te lo he consultado y juega tu Girona contra el Rayo el mismo fin de semana que tenemos concurso en Valdeolmos, aquí al lado del Casar. Que si vas a venir. Y allí me planté un viernes por la tarde de principios de otoño, en El Casar de Guadalajara, con tres lotes que dejé en casa de Víctor en la calle de La Peladera -curioso el nombre-, la entrada para el partido Rayo Girona y la camiseta de mi equipo de fútbol en la maleta. Aún no sabía que pasaría un intenso, pleno y satisfactorio fin de semana. 

La buena gente del Casar que he conocido son un sólido grupo de amigos hermanado, cohesionado, unido por la afición a los canarios timbrados. Hace poco han hecho la transición desde timbrado original al timbrado clásico. Y están obteniendo muy buenos pájaros y resultados en concursos. 

Y  muchos más que vendrán, en  breve se hablará de "La Comunidad del Casar" más que la Comunidad del Anillo de la película. Abanderados por el veterano y reconocido Faustino Bernabé, se reúnen constantemente ya sea en casa de uno o en casa de otro. Cualquier momento es bueno para tomar unas cervezas en el garaje de cualquiera, sentados en una banqueta o en un bidón, echar un rato, escuchar unos lotes y hablar con pasión de pájaros. Solidarios y altruistas, se intercambian reproductores y maestros, colaboran para llevar los pájaros a concursos y se apoyan constantemente. Durante aquél fin de semana me permitieron compartir su amistad. Y no saben cuánto se lo agradezco. 

¿Qué es lo que desea un timbradista? Escuchar pájaros. Durante todo el fin de semana lo estuve haciendo. Nada más llegar a casa de Víctor y dejar mis cajones, ya escuchamos unos lotes suyos. Aparece el vecino, el bueno de Valentín, y vamos a su casa cercana. Me saca un lote, que más adelante ha obtenido varios premios, con unos timbrados con un tilong perfecto, como hacía años que no escuchaba. Cenamos todos juntos en el pueblo. Y a la mañana siguiente a casa de Cristian - qué pajarazo el isabelo plata anilla 22- y después para la de Álvaro el informático y aficionado a los toros. Mediodía de sábado en Vallecas, una oda al fútbol de ataque, de barrio, de poder, el partido del Rayo contra el Girona, y a la tarde inscripción en Valdeolmos. Domingo de concurso y a las cinco de la tarde de vuelta a casa. Recorro 700 Km. y me planto en Palol de Revardit pasada la media noche con una sonrisa de oreja a oreja, regenerado mentalmente, dichoso y feliz. 

***** En agradecimiento a la buena gente del Casar. Para mis amigos Víctor, Cristian, Álvaro, Valentín, Faustino. 

Estar ahí

La frase es de mi buen amigo Gerónimo Vidarte, el mago de los timbrados. Sintetiza la frase la esencia de la canaricultura de canto, expresada en la participación en concursos. Estar ahí es seleccionar las parejas, criar y educar los pichones, entrenar los pájaros para concursar, insctribirse en los concursos y participar. Pues este año he estado ahí, con pájaros que, antes de salir de casa, ya sabía, era consciente, que no estaban en lo más alto pero sí en una posición muy aceptable. Y he estado ahí con mis pájaros, entrando en las salas de concursos con un cajón en cada mano con la ilusión de un chaval, los ojos brillantes como un niño la mañana de Reyes y el espíritu entusiasta de quien está bien consigo mismo. He estado ahí con ganas de ver, saludar y hablar con buenos compañeros, que cada año son más y mejores.

Y he tenido experiencias muy agradables. Sin ir más lejos, escribo este artículo con el ordenador que me ha regalado Álvaro del Casar, informático y timbradista. Grandísimo fin de semana el que pasé en El Casar con mi gran amigo Víctor y la gente de allí. Grandísimo partido del Girona que ví en directo en Vallecas el mismo fin de semana. 

Conocí allí, en Valdeolmos a Marcos, un chaval majísimo con una afición desbordante a quien le he regalado una hembra. 

Me lo pasé de lo lindo en Canohés con su magnífico concurso combinado con exposición y venta de pájaros de todas las razas y gran asistencia de público. En la foto con Eric y Juan recogiendo las maletas. 

Hoy, en Sant Joan Despí, conozco una pareja majísima, Xavi y Dina, hablamos con entusiasmo de pájaros. Ella criadora apasionada de cardenalitos y jilgueros parva, él timbradista. Me he reído con ganas cuando Dina me ha dicho que le pone nombre a los pájaros, que ha comprado un cardenalito que le han garantizado que es un follador compulsivo. Y Dina ha bautizado al cardenalito como "Nachete", en honor al actor porno Nacho Vidal. Cosas veredes. Evidentemente, también han habido algunas pocas experiencias desagradables, pero esas no merece la pena ni recordarlas, ni mucho menos, darlas a conocer aquí. El cerebro tiene que estar limpio y hay que saber dejar malas personas atrás o apartadas de lado para continuar adelante con la mente libre, pensar en positivo, ser proactivo y tener espíritu alegre. Estar ahí, razón de ser y esencia de la afición. Sin premios, sin  aplausos, sin reconocimientos -llegarán años mejores, seguro, igual que volverán las oscuras golondrinas en tu balcón su nido a colgar- pero compartiendo vivencias y experiencias. Hay quien me ha cuestionado por qué he concursado esta temporada a sabiendas que mis pájaros no estaban en lo más alto. Las razones están expuestas y claras. Son muchas, agradables y reconfortantes. Participar es mucho más que competir. No sólo de premios vive el timbradista, aunque a todos nos gusta pillar. Si a los concursos fueran sólo aquellos criadores con pájaros para ganar premios iban a quedar cuatro gatos y el apuntador que no podría cobrar porque no se recaudaría ni para pagar la luz.

 

¿Lo mejor de esta temporada? La enorme satisfacción de haber escuchado codo con codo junto a él los pájaros de Cristian del Casar y ver su emoción al recibir la felicitación del juez y ver la planilla. ¡Qué pajarazos! ¡Qué equipazo! El chaval empezó hace dos años con los timbrados, y en nada se ha puesto a un nivel altísimo. Prácticamente le he obligado -humilde, modesto y ponderado como es, le ha costado decidir- a participar en el próximo Mundial en Talavera. Nada me satisface más que ver jóvenes que se incorporan. Hay que apoyarlos incondicionalmente. Una planilla para el recuerdo la de Cristian.  Un pájaro extraordinario el pío isabela plata anilla 22. Extraordinario como hay pocos. 

+ Descanse en Paz Jordi Fitó de Igualada quien fué mi mentor en mis primeros inicios de joven como timbradista y me prestó gran ayuda cuando regresé a la afición hacia el 2007. Con el tiempo perdimos el contacto pero me queda el recuerdo de una buena persona, hospitalaria en grado sumo y gran canaricultor. Hoy he conocido su fallecimiento. Antes de la entrega de premios, en Sant Joan Despí, hemos guardado un minuto de silencio. Sólo se oían cantar los pájaros.