Timbradistas de poca fé

 Anda una parte del colectivo timbradista ocupado -la mayoría- y preocupado -bastantes- escuchando y valorando los machos enjaulados. En esta época la suerte está echada, lo que se escucha es lo que hay. Para bien o para mal. El timbradista, especialmente el recién llegado, es un lloraduelos, un ser inconformista que tiende a pensar que sus pájaros no son buenos, que no han cogido esos floreos tan delicados, que cierran demasiado los timbres, que les falta o les sobra voz, que no separan bien los giros, que han quedado cortos de repertorio,... Y así, mil y una preocupaciones de este tipo que tienen a nuestro hombre desconsolado, afligido, desorientado. Y dan lugar a conversaciones divertidas. 

Este estado de abatimiento -en el carácter ibérico y/o católico domina el pesimismo- se agrava incluso cuando al desconcertado timbradista, se le bombardea el teléfono con videos de whassaap, facebook, o instagram de compañeros con los pájaros a "tutipleni" (son de los "adelantaos", los de quienes el día de Navidad ya tienen pollos emplumados y, si por ellos fuera, empezarían los concursos  en Agosto) vaciando el repertorio de la planilla y más. Y este estado de abatimiento, llega a su punto culminante cuando empieza a recibir en el whassapp planillas con 94 y 95 puntos de los primeros concursos. 

Paciencia y lógica positiva. Cabe considerar que el criador siempre escucha sus mismos pájaros y, al escuchar otros timbrados diferentes y buenos -nadie, por más tonto que sea, cuelga un lote malo en los grupos- se fija en esos floreos tan particulares, esas aguas lentas tan deseadas, esas conjuntas tan bien pronunciadas,... y cree que sus pájaros no tienen el nivel adecuado o deseado. Desengáñate, el timbrado perfecto no existe. Ni existirá. A partir de aquí a trabajar con lo que hay en casa y atento por si hay que mejorarlo con criterio y acierto. 

Al loro, que no estamos tan mal, dijo el Laporta. Y es así, joder. Que nos ahogamos en un vaso de agua. Repito que hay que tener paciencia, aunque yo tengo muy poca y soy mal ejemplo. A los pájaros, culminado el proceso de enjaule y, una vez han cerrado el canto, hay que darles mesa y pasearlos. Dejarles que desarrollen su canto por completo y que saquen todo lo que llevan dentro. A partir de este momento es cuando el canaricultor de canto puede y debe hacer una primera valoración objetiva, precisa  y concreta de sus pájaros. Qué dicen y cómo lo dicen. 

Y si hay que pedir asesoramiento a compañeros y/o expertos, se pide. De aquí lo de valoración objetiva en contraposición a una valoración subjetiva viciada por la propia tendencia personal. Cada uno debe saber lo que tiene en su casa y, sabido y valorado, actuar en consecuencia. No siempre lo de los demás es mejor ni buscar soluciones rápidas a golpe de billetera. Menos aún ahora, a principios de Noviembre, cuando todo está por hacer y los timbrados deben pasar la etapa de los concursos. Esta afición es una carrera de fondo, paciencia. 

Andrea y el gorrión hembra

 

Plácido atardecer de verano. Sentados en el porche de mi casa, Andrea, la novia de mi hijo mayor, me explica paciente el funcionamiento de su potente cámara fotográfica, con el objetivo de enseñarme a  hacer fotos a los pájaros silvestres que acuden a mi jardín. Más difícil y complejo de lo que me parecía. 

Al día siguiente, Andrea me envía al teléfono varias imágenes de pájaros de muestra. Entre ellas, la que ilustra y encabeza este artículo, de un gorrión hembra anillado. Ella ni había prestado atención a las anillas ni pensaba que pudieran contener tanta información como explicaré más adelante.

Consulto al grupo de anillamiento científico del proyecto Sylvia Illa del Ter, Me sorprende la respuesta del  ornitólogo Gillem Arrufat, tras proporcionarle la información por él solicitada: día y lugar donde se fotografíó el ave. 

La foto se hizo aproximadamente el 30 de Agosto del 2017 en el Parque de la Ciutadella de Barcelona, como mucho uno o dos días antes. Corresponde a un gorrión hembra anillado el 10/10/2013 como ejemplar nacido ese mismo año. Fué visto por última vez el 14/11/2017, siempre alli mismo en el Parque de la Ciutadella. Consta en el projecto PasserCat del museo de ciencias naturales de Barcelona de seguimiento de gorriones. Flipo con la información científica y detallada proporcionada. A la pobre gorriona, cuando Andrea la fotografió, a finales de Agosto del 2017, parece ser que le quedaba poco tiempo de vida. A partir del 14 de Noviembre del mismo 2017, nada más se supo de ella. Hasta ahora. 

Madre hay más que una

La época de cría en los canarios dura aproximadamente tres meses a lo largo de la primavera. Es importante aprovechar el tiempo y optimizar las nidadas. De otro modo, al criador le pueden sonar los petardos de San Juan o llegar las vacaciones de verano aún con huevos o pichones en los nidos. Siendo así, conviene que en cada nido hayan el máximo (considero que cinco) número de pichones. A modo de ejemplo, si tenemos una nidada de tres y otra de dos, nacidos con uno o dos días de diferencia, no habrá problema en ocupar plenamente un nido y liberar una hembra reproductora para que inicie una nueva postura.

 

En el caso que expongo, esta bellísima isabela pío dorada hija del timbrado amarillo de 98 puntos y hermana de este timbrado maestro 2022, está criando tres pichones procedentes de tres nidadas diferentes. Y los está criando bien, constantemente veo los buches llenos y cómo van creciendo. 

Hoy he anillado este trío de timbrados que comparten nido. En la foto inferior, recién anillados, se puede apreciar una diferencia de tamaño, que corresponde a la diferencia en días de nacimiento. 

El pichón de la izquierda nació con dos días de retraso respecto a sus cuatro hermanos naturales. La madre, sorprendentemente pués yo lo daba por muerto, lo fué alimentando pero, ante el evidentemente riesgo que sufría al luchar por la comida contra sus cuatro hermanos notablemente más grandes, lo traspasé de nido. El pichón del centro es hijo natural de la madre, el único que nació de una nidada con seis huevos. Para finalizar, el de la derecha, también fué el único que nació de otra nidada con cinco huevos. Por suerte, su madre ya está haciendo nido de nuevo y ha sido fecundada repetidamente por el timbrado "El Sultán". 

Y esta última frase su madre ya está haciendo nido de nuevo... revela el objetivo expositivo, didáctivo o pedagógico de este artículo: optimizar los tiempos. De haberla dejado sola criando este único pichón que he traspasado, hubiera perdido prácticamente 30 preciosos días. Al traspasarlo libero a la madre reproductora, predispuesta para una nueva nidada, que deseo sea mejor que la primera con cuatro huevos abortados. 

Aconsejar que cuando se traspasan los pichones se tomen notas detalladas de la fisiología y marcas de cada uno para que posteriormente, al anillar, podamos identificar el ejemplar y asignarle el número de anilla correspondiente a la pareja natural a la cual pertenece. Si los pichones de diferentes nidadas se parecen, se puede marcar una uña con rotulador indeleble para diferenciarlo. 

¿Qué le pasa al Sultán?

 Denomino "El Sultán" a este magnífico timbrado del 2019, con planilla de 96 puntos que utilizo como reproductor y maestro desde el 2020. Este año, lo utilizaré sólo como reproductor, conserva la esencia de su canto aunque ha perdido calidad en la voz. No soy de poner apodos o nombres a mis canarios, pero a este ejemplar el calificativo, considero, le es acertado. Su pequeña historia y sus facultades como semental con elevadísima capacidad de transmitir genes positivos, las dejé descritas en este artículo de Mayo de 2021. El año anterior, el Sultán fué padre de 27 pájaros y sus hijos obtuvieron excelentes calificaciones en concursos, a destacar el Gran Premio y el Campeonato de Cataluña. 

El Sultán ha inciado la temporada de cría con un comportamiento extraño. Le he asignado tres hembras veteranas como consortes, con las cuales ya se apareó el año anterior. Y con las tres se ha comportado del mismo modo: con marcado exceso de celo, sin cortejarlas ni bailarlas (acción de moverse lateralmente, levantando una u otra pata, al tiempo que emite el canto de celo), irrumpía dentro de las jaulas de cría con enorme virulencia persiguiendo, directo y sin preámbulos, a cada una de las hembras. Más que intentar aparearse, su actitud me daba a entender que quería agredirlas. Hembras, repito, expertas y dispuestas para el apareamiento con los nidos hechos, incluso dos pusieron huevos de celo sin pisar. Las peleas han sido violentas y con agresividad desmedida, lo cual me ha obligado a retirarlo ipso facto para evitar males mayores. 

Finalmente, tras múltiples intentos y mucho tacto, he conseguido que fecundara dos de las tres hembras y estoy a la espera de nueva descendencia suya. Sin embargo, me preocupa su estado actual. Apático, abstraído, permanece largos ratos sin moverse apoyado sobre la bizcochera. Esporádicamente, se anima e inicia el canto. Come bien, las heces tienen una apariencia correcta. Parece como envejecido. ¿Puede ser que el año anterior tuviera un sobre esfuerzo como reproductor y ahora lo esté acusando? Iré informando cómo evoluciona. Le dedico unos versos a mi Sultán, el rey del aviario. 

No tengo trono ni reina 

Ni nadie que me comprenda 

Pero sigo siendo el Rey.